¿Sabías que el depósito de calcio lo llenamos sólo hasta los 30 años? A partir de esa edad es muy importante incluir este mineral en nuestra alimentación porque si no el organismo utilizará el que tenemos almacenado, lo que puede derivar en determinados problemas como la osteoporosis.
Una de las principales fuentes de calcio son los productos lácteos, pero hay otros alimentos que te pueden aportar tanto o más calcio que la leche: las almendras, el sésamo, las coles de Bruselas o el tofu.
El fósforo es el sexto mineral más abundante en el cuerpo humano y el 80 por ciento se encuentra formando parte de la estructura de nuestros huesos y dientes. Dada su importancia, es clave mantener las reservas cubiertas. Los frutos secos (almendras y nueces) y los cereales integrales, son fuente de fósforo. Además, esto alimentos son antiinflamatorios, con lo que contribuirán a mantener una alimentación adecuada en caso de que sufras problemas de artritis.
Junto con el calcio y el fósforo, es un elemento esencial para la mineralización del hueso y participa en el intercambio de estos minerales entre los huesos y los tejidos. Además, es esencial para que el calcio se fije correctamente y no se deposite en forma de cálculos. Puedes sumarlo a tu dieta incluyendo alimentos como la avena, la soja o el arroz integral. También puedes tomar levadura de cerveza.
La vitamina D es muy importante porque garantiza la absorción del calcio. Normalmente sintetizamos esta vitamina cuando nos exponemos a la luz solar, pero también puedes obtenerla a través de la alimentación.
El salmón, las sardinas, la yema de huevo y algunos aceite de pescado como el de hígado de bacalao son buenas fuentes de vitamina D.
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