Los beneficios para la salud de los ácidos omega 3 son indiscutibles. Son nutrientes que debemos tener muy presentes a la hora de elaborar nuestro menú semanal. Según la Organización Mundial de la Salud, debemos aportar a nuestra dieta al menos 250 miligramos de ácidos grasos EPA y DHA cada día y llegar a los dos gramos en caso de que existan factores de riesgo. Además, el consumo de omega-3 debe estar equilibrado respecto al consumo de otros ácidos grasos, los omega-6. La proporción correcta entre ambos omegas, 6 y 3, debe ser de 3 a 1. Si ese equilibrio se rompe podría provocar problemas de salud y, entre otras cosas, favorecer el desarrollo de enfermedades inflamatorias.
Actualmente, los hábitos alimentarios están cambiando y esa balanza se está desequilibrando. Los menús que están lejos de la dieta mediterránea y en los que aumenta el consumo de carne, embutidos, pan de molde, etc. hacen que aumente el consumo de omega 6 y disminuya el de omega 3.
Las principales fuentes de ácidos grasos EPA y DHA están en pescados como las sardinas, el salmón, las anchoas, el atún, el bonito, el pez espada, la caballa, el cazón... Pero, no son las únicas.
Otro factor importante a tener en cuenta es que los ácidos grasos son muy sensibles a las altas temperaturas y se degradan con facilidad con algunas formas de cocinado como las frituras. Por eso aún tienen más valorar estas alternativas vegetales que puede consumir en crudo.