Aliméntalo
El cerebro necesita glucosa, vitaminas y minerales, que aporten energía a las neuronas para su funcionamiento diario; ácidos grasos ω3 y ω6 para mantener su estructura; y antioxidantes, para protegerlo del envejecimiento prematuro.
Descansa
Durante el sueño procesamos toda la información acumulada durante el día y consolidamos lo aprendido. Un sueño de calidad nos permite pensar con más claridad, concentrarnos mejor e incluso, ser más creativos.
Stop al estrés
El cerebro necesita pequeñas dosis de estrés para mantenerse alerta. Sin embargo, si los niveles aumentan y se cronifica puede afectar al cerebro aumentando el riesgo de demencia, entre otros trastornos.
Ponte retos
Como el resto del cuerpo, el cerebro también se entrena. Hay que mantenerlo activo para que sus capacidades estén a pleno rendimiento. Aprender un idioma, leer, tocar un instrumento... te servirán para trabajar las conexiones neuronales y protegerlo.
Relaciónate
Los amigos y la familia son grandes aliados de tu cerebro. Mantener unas buenas relaciones sociales contribuye a generar neurotransmisores y a mejorar las habilidades cognitivas, al tiempo que disminuye la ansiedad y el riesgo de demencia.