¿Os suena el refrán “se llevan cómo el perro y el gato? En este artículo nos hemos propuesto desmitificar esta afirmación. Con el enfoque adecuado, paciencia y comprensión, la convivencia en casa entre estas dos especies puede conseguirse, y no solo eso, pueden incluso llegar a ser compañeros inseparables.
RESPETA SUS DIFERENCIAS
Uno de los aspectos más importantes es identificar y respetar sus diferencias naturales. Por norma general, los perros suelen ser más sociables, mientras que los gatos son más independientes y defienden su espacio personal.
HAZ UNA PRESENTACIÓN GRADUAL
Si ambos han tenido contacto positivo con otros perros o gatos desde edad temprana, es más probable que acepten y respeten a su nuevo compañero. Sin embargo, si este no es el caso, es importante hacer la presentación de forma gradual y controlada.
Por ejemplo, antes de la presentación física, puedes ir introduciendo olores del nuevo miembro de la familia, permitiendo que se acostumbren a la presencia del otro poco a poco.
UTILIZA EL REFUERZO POSITIVO
Además de supervisar los primeros encuentros, para controlar que hay un ambiente relajado, el uso de refuerzos como chuches o caricias cada vez que interactúan de manera pacífica les ayudará a establecer asociaciones positivas.
MANTÉN ESPACIOS SEPARADOS
Aunque la convivencia esté siendo un éxito, perro y gato deben tener su propio espacio para comer o descansar, dónde puedan retirarse en momentos de estrés.
TIEMPO Y PACIENCIA
Que se acostumbren a convivir juntos no será algo inmediato y puede que lleve más tiempo del que pensabas. Además de todos los consejos anteriores, es primordial tener paciencia a lo largo de este proceso.
¡Seguro que lo consiguen!