Ya los pueblos de la Edad Antigua utilizaban las plantas medicinales para curar diferentes afecciones. Su uso a modo de tisana o infusión ha sido la farmacia de las diferentes civilizaciones. Hoy, siguen siendo una preparación muy habitual para mitigar muchas dolencias.
Un origen de leyenda
El origen de las infusiones parece remontarse, según la leyenda, al año 2737 a.C. En tiempos del emperador chino Sheng Tun el agua debía hervirse antes de ser consumida. Un día, mientras descansaba en el campo, unas hojas de té cayeron arrastradas por el viento en su recipiente. El emperador, atraído por el aroma, probó el líquido. El consumo de esta nueva bebida se difundió, primero, entre las clases pudientes y, después, por toda China. Posteriormente se popularizó en todo el mundo utilizando otras plantas beneficiosas por sus propiedades medicinales.
No totas las bebidas medicinales se preparan del mismo modo. Es importante saber elaborarlas para aprovechar todas sus bondades terapéuticas y aromáticas. El modo de preparación dependerá, fundamentalmente, de la parte de la planta que utilicemos.
ANÍS VERDE (Pimpinella anisum L). Contribuye a eliminar los gases y reducir la sensación de hinchazón. Sus frutos contienen una esencia con propiedades digestivas.
COLA DE CABALLO (Equisetum arvense L.). Depurativa y remineralizante. Facilita la eliminación de residuos tóxicos ya que estimula la función de los riñones.
HINOJO (Foeniculum vulgare Miller). Reduce la hinchazón abdominal, evita la formación de gases y favorece la digestión.
MANZANILLA (Matricaria chamomilla L.). Favorece la secreción de los jugos gástricos y facilita las digestiones. Se utiliza para combatir náuseas y vómitos.
MELISA (Melissa officinalis L). Para calmar los nervios. Sus efectos calmantes también actúan sobre estómagos revueltos.
MENTA POLEO (Mentha pulegium L.). Después de las comidas copiosas actúa favorablemente sobre la sensación de pesadez e hinchazón.
SALVIA (Salvia officinalis L.). Con flavonoides, actúa equilibrando el sistema hormonal ayudando a regular el ciclo menstrual. También es expectorante, por lo que se recomienda en el resfriado.
TILA (Tilia platyphyllos Scop.). Útil para aplacar los estados de nerviosismo y ansiedad. Por sus propiedades relajantes también favorece el sueño.
TOMILLO (Thymus vulgaris L.). Ayuda a fortalecer las defensas del organismo. Por su composición en timol contribuye a suavizar la garganta y la tos.
REGALIZ (Glycyrrhiza glabra L.). Protege la mucosa del estómago de la acción corrosiva de los jugos gástricos. Calma la acidez y mejora la sensación de pesadez.
ESTEVIA (Stevia rebaudiana). La hoja de la estevia se utiliza tradicionalmente para tratar diferentes trastornos del metabolismo. Tiene un alto poder edulcorante con un índice glucémico de cero.
SEN (Cassia angustifolia Vahl). Tiene propiedades laxantes. Una infusión por la noche estimulará la motilidad intestinal a la mañana siguiente, facilitando el tránsito.
ESPINO BLANCO (Crataegus oxyacantha Auct). Actúa sobre el sistema circulatorio garantizando al corazón un mayor aporte de sangre oxigenada. Tiene también acción sedante en casos de irritabilidad y nerviosismo.
TÉ (Thea sinensis L.). Por su contenido de polifenoles tiene acción antioxidante y combate el envejecimiento. Además, tiene un efecto estimulante que nos ayuda a mantenernos despiertos.