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Plantas para cuidar la salud femenina


La salud de las mujeres está determinada, en gran medida por su sexo. Los cambios biológicos y hormonales que se suceden a lo largo de la vida son determinantes y están detrás de determinadas dolencias. La naturaleza te ofrece soluciones naturales para afrontarlas.

Además de la menstruación, el embarazo, el parto y el postparto o la menopausia, hay algunos problemas de salud que, sin ser exclusivamente femeninos les afectan más a ellas (migrañas y dolores de cabeza frecuentes, enfermedades cardiovasculares, trastornos articulares…) 

Las plantas medicinales pueden ser un aliado perfecto para hacer frente y actuar en la prevención de las principales afecciones que sufren las mujeres, siempre utilizadas con el consejo de un profesional de la salud natural.


Dolores menstruales

El ciclo menstrual es un proceso biológico que marca la salud de la mujer. Además de estar asociado con la función reproductiva está relacionado con cambios hormonales, físicos y psicológicos, que también son indicadores de salud. En ocasiones, la menstruación viene acompañada de dolor, sangrado abundante o hay ausencia de ella. Son señales de que algo no va bien y hay que abordar las causas de ese desequilibrio. 

Ayuda natural: Sauzgatillo (Vitex agnus-castus L) y artemisa (Artemisa vulgaris)

La artemisa calma la menstruación dolorosa y mejora las menstruaciones irregulares. Por su parte, el sauzgatillo es una planta muy utilizada para el tratamiento de los síntomas del síndrome premenstrual y para casos de irregularidades del ciclo menstrual. Ayuda a que las mujeres con bajos niveles de progesterona recuperen el equilibrio entre estrógenos y progesterona.


Sofocos

Los sofocos y el exceso de sudoración nocturna son dos de los síntomas más frecuentes que sufren las mujeres en el periodo de transición hacia la menopausia. Con intensidad variable entre unas mujeres y otras, son dos efectos que pueden alterar la vida social de las que lo padecen.  Son trastornos derivados de la carencia de estrógenos.

Ayuda natural: Cimicífuga (Cimifuga racemosa L.) e isoflavonas de soja

Para suplir el desequilibrio hormonal, las isoflavonas, presentes sobre todo en la soja, pueden ser de ayuda. Estos compuestos tienen una estructura semejante a la de los estrógenos y esa similitud hace que puedan reproducir su efecto, contribuyendo a disminuir la frecuencia y la severidad de los sofocos y la sudoración. Entre las plantas que han demostrado tener un efecto beneficioso ayudando a mejorar los síntomas menopáusicos, destaca la cimicífuga. 


Osteoporosis

La cantidad total de hueso que tiene una persona en su esqueleto está cambiando continuamente a lo largo de la vida. Desde que nacemos hasta la juventud, a medida que el esqueleto va creciendo los huesos se forman más rápido de lo que se degradan, alcanzando su máximo aproximadamente a los 30 años de edad. A partir de los 40 la masa ósea va disminuyendo de manera progresiva. Mientras que en el hombre, la pérdida se realiza a una velocidad constante, en las mujeres se acelera durante la menopausia debido a la disminución del nivel de estrógenos. La Sociedad Española de Reumatología estima que una de cada cuatro mujeres postmenopaúsicas tiene osteoporosis y el porcentaje alcanza al 40% de las mujeres entre 70 y 79 años. 

Ayuda natural: minerales y vitaminas

Ante esta situación es importante facilitar al organismo un aporte extra de calcio que siempre debe ir acompañado de Vitamina D3 y, para garantizar que el calcio vaya a los huesos, otros elementos como magnesio o vitamina k (MK7).  


Trastornos del sueño

Los problemas de sueño son muy comunes en mujeres de mediana edad y se incrementan en torno a la menopausia. Un 60% de las mujeres posmenopáusicas padecen alteraciones del sueño y entre estos trastornos destaca,  principalmente, el insomnio. Los cambios hormonales traen como consecuencia alteraciones en el reloj biológico de la mujer y, en consecuencia, problemas para conciliar el sueño –porque se sintetiza menos cantidad de melatonina- y despertares a lo largo de la noche – que se ven incrementados por los sofocos.

Ayuda natural: Pasiflora (Passiflora incarnata L), valeriana (Valeriana officinalis L) y amapola de california (Eschscholtzia californica Cham).

Además de tomar un suplemento con melatonina, que ayuda a coger el sueño, es posible buscar la ayuda en plantas como la pasiflora, la valeriana y la amapola de California, con propiedades sedantes, relajantes e hipnóticas suaves.  


Piernas cansadas y varices

Pesadez de piernas, calambres, hinchazón, hormigueo, sensación de calor y, en ocasiones, varices o venas dilatadas son síntomas de piernas cansadas. Este trastorno se produce cuando las venas tienen dificultad para enviar la sangre de vuelta desde las extremidades inferiores al corazón. Lo normal es que la contracción de la musculatura impulse la sangre en contra de la gravedad y un sistema de válvulas en el interior de las venas se encargue de impedir que la sangre vaya hacia abajo. Si esto falla comenzarán las molestias. La sangre se estanca, se dilatan las venas y se filtran líquidos a los tejidos. El problema es más habitual en mujeres, debido a factores hormonales, y sus síntomas aumentan con la edad dado que las venas van perdiendo elasticidad con los años.

Ayuda natural: Hamamelis (Hamamelis virginiana), castaño de indias (Aesculus hippocastanum) y rusco (Ruscus aculeatus)

Entre las plantas que contribuyen a favorecer la circulación sanguínea destacan el hamamelis, con flavonoides y taninos, tiene propiedades como vasoconstrictor venoso y antiinflamatorio; el castaño de indias, con saponinas, tiene actividad antiedematosa y antiinflamatoria; y el rusco que aumenta la resistencia de los capilares y disminuye su permeabilidad.


Infecciones urinarias 

La propia morfología del aparato urinario hace que las mujeres tengan más riesgo de sufrir infecciones urinarias. Su uretra es más corta que la de los hombres y eso hace que las bacterias lo tengan más fácil para acceder a la vejiga. Se calcula que una de cada cinco mujeres padecerá cistitis al menos una vez en la vida, posiblemente entre los 20 y los 40 años. 

Ayuda natural: Arándano rojo (Vaccinium macrocarpon Aiton), gayuba (Arctostaphylos uva-ursi Sprengel) y brezo (Calluna vulgaris L.)

El tratamiento en caso de infección del tracto urinario es antibiótico, sin embargo, dado que para un buen número de mujeres este se acaba convirtiendo en un problema recurrente, hay plantas que ayudan en la prevención. El arándano rojo contiene antocianinas que lo convierten en un potente antibacteriano ya que impiden que los microorganismos se adhieran. Por su parte, la gayuba y el brezo son dos plantas con propiedades antisépticas urinarias y diuréticas. 


Candidiasis vaginal

La infección ocasionada por distintas especies de cándidas es la segunda causa más frecuente de infección vaginal y afecta principalmente a mujeres entre 20 y 45 años. Normalmente el origen está en un desequilibrio de la microbiota vaginal, al haber aumentado extraordinariamente el desarrollo del hongo Candida albicans -que se encuentra habitualmente en pequeñas cantidades en la zona- y al haber disminuido las especies de Lactobacillus. 

Ayuda natural: Orégano (Origanum vulgare L.) y probióticos

El aceite esencial de orégano está considerado uno de los mejores antisépticos naturales. Destaca por sus propiedades antifúngicas y por contribuir al equilibrio de las bacterias beneficiosas de la microbiota. Otra ayuda imprescindible son los probióticos que protegen frente a la infección y ayudan a restaurar la flora vaginal. 


Anemia

Según los datos de la Organización Mundial de la Salud, una de cada tres mujeres en edad fértil (entre 15 y 49 años) padece anemia. La pérdida de sangre a través de la menstruación puede ser una de las causas de la anemia por falta de hierro, que provoca, entre otros síntomas cansancio, falta de concentración o dolor de cabeza. 

El embarazo, es otra etapa de la vida de la mujer en la que la prevalencia de la anemia aumenta. El hierro es necesario para aumentar la cantidad de sangre y así garantizar la aportación de oxígeno al feto. 

Ayuda natural: Hierro y Vitamina C

En caso de anemia, es importante vigilar la alimentación incluyendo en tus menús legumbres (lentejas y garbanzos), verduras de hoja verde (acelgas y espinacas), frutos secos (almendras y pistachos) o carne roja. Los complementos alimenticios que combinan hierro y vitamina C pueden ser una buena opción si necesitas alcanzar unos niveles adecuados. 


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