Una dieta para cuidar el corazón

El corazón es, al mismo tiempo, el órgano más admirado y el más temido. Mantenerlo en buen estado es garantía de una salud óptima.

Toma nota de estos consejos nutricionales que puedes aplicar muy fácilmente en tu día a día y que te ayudarán a tener un corazón fuerte y sano.

• Elige productos de la huerta. Las verduras y las frutas deben estar muy presentes en tu alimentación. 
• Tu dieta debe ser rica en fibra. Sustituye los productos refinados por los integrales (panes, cereales, pastas, arroces...). Además de ayudar a normalizar el colesterol y el azúcar en sangre, contribuyen a regular el tránsito intestinal, 

• Reduce el consumo de sal y de alimentos sazonados. Utiliza en su lugar hierbas aromáticas (romero, tomillo, perejil, ajo, orégano...) que dan un sabor muy agradable a las comidas.

• Evita los alimentos congelados, enlatados y precocinados, así como las comida rápidas y las ricas en sal.

• Utiliza preferiblemente grasas monoinsaturadas (aceite de oliva) o poliinsaturadas (soja, maíz, girasol). Son más beneficiosas ya que ayudan a disminuir el colesterol total y el "colesterol malo" LDL y aumentan el "colesterol bueno" HDL.

• Toma pescado azul, como mínimo, dos veces por semana.

• Reduce al máximo las grasas saturadas y las grasas trans (embutidos, aceite de palma, tocino, manteca, bollería industrial, pastelería, aperitivos...)

• Disminuye el consumo de carnes rojas y aumenta el de carnes blancas como el pollo o el conejo preparados sin piel.

• Toma alimentos descremados como la leche, los yogures, los quesos...

• Evita el consumo de bebidas excitantes como el alcohol, el café o el té. 

• La forma de cocinar los alimentos también es muy importante. Opta por técnicas culinarias como el papillote, el vapor, la plancha, el horno o la parrilla, y reduce los fritos, los rebozados y las salsas. 

Complementa una dieta saludable con ejercicio físico y con un buen descanso, y mantendrás tu corazón a prueba de bomba.